La Selección Mexicana afronta su última concentración de 2025 con un plantel destrozado. El partido contra Uruguay el 15 de noviembre en el Estadio Territorio Santos Modelo en Torreón será sin ocho figuras clave, y el impacto en la táctica de Javier Aguirre es inmenso. No se trata solo de lesiones: hay decisiones técnicas, miedos a perderse el Mundial 2026 y un desgaste que nadie quería ver ahora, cuando todo se juega en casa.
Las bajas que duele ver
El primer golpe lo lleva Alexis Vega. El volante ofensivo de los Diablos Rojos se lesionó en el duelo ante Pachuca y estará fuera 3 a 4 semanas. Lo más curioso: según fuentes cercanas al equipo, "fue él mismo quien pidió que entraran las asistencias por él", una señal de que el cansancio mental y físico ya está marcando su ritmo. No es un jugador cualquiera: es el que más pases clave dio en la Liga MX este año.
Entonces está Rodrigo Huescas, el mediocampista del Copenhague FC. Su fractura en Europa fue tan grave que, según el staff de la selección, "teme perderse el Mundial". A sus 23 años, era una de las promesas más firmes del futuro. Ahora, su carrera cuelga de un hilo.
Santiago Giménez, el delantero del Feyenoord, será baja por cinco semanas. Su velocidad y su capacidad para desequilibrar en espacios reducidos eran claves en el esquema de Aguirre. Y Julián Quiñones, el naturalizado mexicano que brilló en la liga árabe, se lesionó en su club y no llegará a tiempo. Tres semanas. Poca cosa, pero en un Mundial, tres semanas pueden ser una eternidad.
Y luego están los que no fueron llamados. Guillermo Ochoa, el arquero con 148 partidos con la selección, no está en la lista. No por lesión. Por decisión. El Vasco lo dejó fuera, pese a que sigue siendo figura en campañas publicitarias. Eso genera ruido. ¿Es una señal de transición o un error táctico? Los aficionados no lo entienden.
César Huerta y Carlos Rodríguez también se quedan en casa, por molestias musculares. Y Jorge Sánchez, defensa clave en la Eurocopa, tampoco fue convocado. Son ocho. Ocho. En un equipo que ya lucha por encontrar estabilidad.
La revancha que no se veía venir
El partido contra Uruguay no es un amistoso cualquiera. A mediados de 2024, en Estados Unidos, el Uruguay les ganó 4-0. Fue la peor derrota de México en años. Desde entonces, la Selección ha intentado reconstruir su identidad. Ahora, en Torreón, con el Estadio lleno, el deseo de revancha es visceral.
Pero Uruguay también llega debilitado. Su capitán, Federico Valverde, del Real Madrid, sufre una lesión en el semimembranoso de la pierna derecha. Su ausencia es un golpe para la selección celeste. Además, Darwin Núñez y Sergio Rochet también se quedan en casa. El técnico Marcelo Bielsa tendrá que improvisar con jugadores como Emiliano Martínez y Joaquín Piquerez.
El historial entre ambas selecciones es equilibrado: 24 partidos, 8 victorias cada uno, y 8 empates. Pero hay un dato que duele más: por primera vez en 31 años, Uruguay no le marcó un gol a México. En 2025, el ataque uruguayo parece desarmado. ¿Será una señal de que el ciclo de los grandes delanteros se terminó?
El futuro se juega en Torreón
Con tantas bajas, Aguirre no tiene otra opción que apostar por jóvenes. Armando "Hormiga" González, el goleador reciente de la Liga MX, será clave. Su capacidad para marcar en espacios reducidos podría ser el arma secreta. Y si Hirving Lozano sale lesionado del partido —como ya advirtió Marca—, el problema se agrava.
La alineación prevista: Raúl Rangel en portería; César Montes, Johan Vásquez, Israel Reyes y Jesús Gallardo en defensa; Edson Álvarez y Marcel Ruiz en el centro; y Raúl Jiménez como punta. Pero sin Ochoa, sin Vega, sin Giménez… ¿es esto suficiente?
El partido contra Paraguay, el 18 de noviembre, será el último termómetro antes del Mundial. Si México no encuentra cohesión ahora, el 2026 se convertirá en una pesadilla.
¿Qué pasa con el futuro?
La Selección Mexicana no tiene tiempo para errores. Las bajas de hoy no son solo físicas: son simbólicas. Ochoa, el ícono, fuera. Huescas, el futuro, en duda. Vega, el motor, en recuperación. Aguirre está forzado a construir un equipo nuevo, con jugadores que nunca han jugado un Mundial. El promedio de edad del plantel actual es de 25,7 años. Es joven. Pero ¿es maduro?
La falta de experiencia en defensa y en el arco es alarmante. En los últimos tres partidos, México ha encajado 9 goles. En el Mundial, no se puede permitir eso. Y si el ataque no encuentra ritmo en Torreón, el desafío contra Estados Unidos y Canadá en 2026 será imposible.
Frequently Asked Questions
¿Por qué se dejó fuera a Guillermo Ochoa si sigue siendo popular?
Javier Aguirre tomó una decisión técnica: quiere un arquero más joven, más activo en la salida y con mejor juego con los pies. Ochoa, pese a su experiencia, no cumple esos criterios en los nuevos esquemas. Su presencia en campañas publicitarias no influye en las decisiones de campo. El técnico busca una transición generacional, aunque sea polémica.
¿Puede México ganar sin sus estrellas?
Sí, pero no será fácil. Con jugadores como Armando "Hormiga" González, Raúl Jiménez y Edson Álvarez, hay calidad. Pero la falta de profundidad en el mediocampo y la defensa es crítica. Si el equipo logra organizar una defensa compacta y aprovecha las transiciones rápidas, puede sorprender. Pero no será un México dominante: será un México luchador.
¿Qué impacto tiene la lesión de Federico Valverde en el partido?
Valverde es el cerebro del mediocampo uruguayo: el que conecta defensa y ataque, el que presiona y el que lanza los contraataques. Sin él, Uruguay pierde ritmo y control. Esto da ventaja a México, pero también obliga a Aguirre a ser más agresivo. Si el Tri logra imponer su presión en el centro, puede dominar el partido.
¿Por qué se eligió Torreón para este partido tan importante?
El Estadio Territorio Santos Modelo es uno de los más modernos de México y tiene capacidad para más de 30.000 espectadores. Además, la región de Coahuila tiene una fuerte tradición futbolística y una afición que se moviliza. La Federación Mexicana quiere probar nuevas ciudades como sede de partidos clave, reduciendo la dependencia de la Ciudad de México y el Estadio Azteca.
¿Qué pasa con Rodrigo Huescas? ¿Realmente perderá el Mundial?
La fractura que sufrió requiere al menos 6 meses de recuperación, y el Mundial empieza en junio de 2026. Aunque los médicos no descartan una vuelta temprana, es muy poco probable. Su caso es uno de los más preocupantes: es un jugador de alto potencial, y su ausencia deja un vacío en el centro del campo que nadie puede llenar fácilmente.
¿Es esta la peor crisis de la Selección antes de un Mundial?
No es la peor, pero sí la más inesperada. En 2018, las bajas fueron por suspensión. En 2022, por problemas de forma. Aquí, es una combinación de lesiones graves, decisiones técnicas y desgaste. Lo más preocupante es que no hay una generación de reemplazo clara. El futuro está en duda, y el presente, en frágil equilibrio.