Mientras el cantante Gilberto Santa Rosa se encontraba compartiendo con unos amigos y comentando sobre el eclipse lunar que se vio en la Isla ayer, recibió una llamada de su esposa, Alexandra Malagón, pidiéndole que la fuera a recoger a la Placita de Santurce porque su auto no prendía.
Eso no era más que un plan fraguado por el productor Rafo Muñiz y su relacionista público, Edumil Ruíz, para llevarlo a su objetivo: sorprenderlo con uno de los 55 billboards colocados en distintos pueblos en el que lo felicitaban por su cumpleaños número 55.
Cuando llegó al lugar, Alexandra y la gente que estaba en los establecimientos salieron a abrazarlo y tomarse fotos con el llamado “Caballero de la Salsa”.
“Fue una emboscada de cariño en la que caí redondito. A mí esas cosas todavía me emocionan; el cariño de la gente, el que en la mañana me despierto y escucho esos mensajes de compañeros de trabajo con los que hay cariño y respeto. La gente pensará que con el tiempo uno se acostumbra, pero no es así. Pido disculpas a las personas en las redes sociales por no poder contestar y agradezco de todo corazón las cosas lindas que me dicen”, expresó Gilberto a quien su esposa le tenía preparada una gran fiesta en su casa anoche, con amigos como Chucho Avellanet, Otilio Warington y Luisito Vigoreaux, así como sus hijos, nietos y otros familiares.
Confesó que llegar a los 55 le da satisfacción.
“Me saben a misión cumplida, aunque todavía es pronto, a que mi familia se siente orgullosa de lo que he realizado. Me sabe a que no me equivoqué cuando elegí un oficio que me ha dado todo, que ha sido mi pasaporte para conocer el mundo”.
Compartió el bolerista que con 40 años de carrera aún le impresiona ver desde la orilla un barco en movimiento.
“El como la gente hacen suya mis canciones que hasta lloran y el alcance que eso tiene en el mundo”.
De igual manera Gilberto se conmueve con que su cumpleaños esta vez haya caído bajo la magia del eclipse lunar.
“Alexandra organizó tan bien la fiesta que hasta un eclipse me regaló, y nunca lo voy a olvidar”.
Confiesa el intérprete que le encanta hacer inventario de su vida, y este es uno de esos momentos.
“Hay quien dice que eso de mirar para atrás el pasado no debe ser, pero aunque yo no vivo en el pasado me gusta mirarlo y de ahí partir para disfrutarme más el presente porque me da más fuerza para seguir y más sentido a lo que hago. Esa madurez y esos años no pasan en vano… Seguiré por ahí hasta un día que tenga que dejar esta carrera, pero si Dios me da la oportunidad de cantar hasta que me ponga grande como lo hizo Tony Bennet, Yayo ‘el Indio’ y Ruth Fernández, continuaré con mucho gusto, pero a veces los recursos comienzan a fallarle a uno, y quiero seguir haciendo algo digno para el público. De eso depende el que siga o me detenga a tiempo”.
El salsero se presentará el 17 de febrero en el Coliseo de Puerto Rico con el espectáculo 40 y contando.
Patricia Vargas Casiano