La estadounidense Chrysler fue condenada este jueves por un tribunal de Georgia, sur de EEUU, a pagar 150 millones de dólares a la familia de un niño de cuatro años que murió en el incendio de un Jeep Grand Cherokee tras ser chocada, informó The Wall Street Journal.
El veredicto concluyó con un proceso focalizado en el peligro que representa la ubicación trasera del tanque de combustible en algunos modelos de la Gran Cherokee, que los hace vulnerables en caso de accidente.
Los jurados hallaron culpable a Chrysler, filial de la italiana FIAT y a su vez propietaria de la marca Jeep, por la muerte del pequeño Remington Walden en marzo de 2012.
El tanque de combustible de la Grand Cherokee se incendió tras ser chocado por otro vehículo 4×4 y el fuego consumió el vehículo.
Fiat Chrysler no respondió de inmediato a las consultas de AFP sobre su posición respecto a la decisión, aunque según el diario la compañía planea apelar el fallo.
En junio de 2013, presionada por la agencia de seguridad carretera estadounidense, Fiat Chrysler aceptó recoger para solucionar el problema unos 2,7 millones de estos modelos de 4×4 Jeep.