MIAMI.-El siglo XX quedó prendado de ella y su figura se transformó en leyenda tras el doloroso exilio que padecido a manos del gobierno cubano. Celia Cruz jamás pudo regresar a su tierra, sin embargo, el mundo la aplaudió como genio y figura de la salsa e ícono de la rumba y el sonido caribeño.
Todo esto, mientras en Cuba su música y su nombre fueron silenciados hasta hoy, día en el que Omer Pardillo Cid, albacea del patrimonio de la artista, descubre que su imagen se promueve por las calles de la capital de la isla, a través del trabajo de un pintor habanero.
“Me enteré de esto por mi primo George, que encontró dos cuadros de Celia pintados al óleo, que se estaban vendiendo en una plaza muy cerca del puerto de La Habana. La noticia me alegró mucho porque ese es su país. Ella nació allí, y el hecho de que su música haya estado prohibida tantos años, es triste. Ya era hora de que comenzaran a abrirse un poco y la descubrieran”, manifestó Pardillo.
Descubriendo a una leyenda
Cuba es un territorio minúsculo en proporción a la figura y el eco universal que logró Celia Cruz, quien tuvo una vida marcada por acontecimientos políticos y un reinado en la música que la mantuvo luminosa y atractiva, como emblema de una cultura de gozo y desbordante vitalidad que sólo podrá ser encarnado por su voz.
Es así que, a catorce años de su desaparición física, saber que renace en la isla que la vio nacer es motivo de alegría para su albacea: “Un cantante me comentaba que hace una semana hablaron de ella en la televisión cubana. Eso antes era impensado, así que se va viendo una apertura por lo menos en ese sentido”, dijo Pardillo, quien además compartió en sus redes sociales una promoción de un portal del gobierno cubano, en el que se destaca la interpretación de Marc Anthony y Celia Cruz del popular tema Quimbara.
Para artistas del exilio como Carlos Oliva, padre del sonido de Miami, este hecho no deja de ser paradójico: “Es vergonzoso que los niños, jóvenes e incluso adultos de la isla todavía no entiendan el valor y la real magnitud de la figura de Celia en mundo. Celia es una bandera cubana donde quiera que se escuche, y explotar su nombre e imagen ahora que ya no está, desgraciadamente me parece muy tarde, y creo que responde a fines comerciales y turísticos, pero a no a un real tributo a su figura”.
Por otra parte, el cantante Willy Chirino afirmó que “Celia es la artista más representativa de la música de nuestro país. Su nombre y su legado deberían estar en cada rincón de la tierra que la vio nacer y a la que tanta gloria le dio durante toda su vida”.
También, la cantante Lucrecia se sumó al debate y manifestó que el hecho de que la imagen de Celia esté en La Habana a través de obras de arte es un paso muy importante.
“No hay una cantante cubana que haya representado nuestra música y nuestro país mejor que Celia, ya era hora de que su figura y su voz entraran al país que la vio nacer y que tanto orgullo nos ha dado”, dijo .
Una tristeza imborrable
Para el albacea de Celia Cruz, Omer Pardillo, el único dolor que La Guarachera del Mundo se llevó a la tumba fue no haber podido regresar nunca a Cuba, es por ello, que siempre le causó alegría que el pueblo cubano la recordara.
“Ella hubiese estado contentísima de ver su rostro en La Habana. A ella le encantaba encontrarse a cubanos por el mundo, y cuando ellos le decían que ella era recordada por la gente, eso le causaba una inmensa emoción”, afirmó Pardillo, quien además destacó el excelente trabajo del artista que la pintó.
“Son dos oleos espectaculares. Si se hace un acercamiento se puede ver lo bien detallados que están, incluso una de las imágenes tiene el logo de los Grammy, y yo sé exactamente cuál foto es. Quedé impresionado. No tengo idea quién es el artista, pero ojalá pudiese contactarlo”, confesó.
Además, agregó que como responsable y principal promotor del legado de Celia, espera algún día viajar a la isla a promover su obra, pero sólo “cuando exista democracia y no estén los Castro en el poder”.
Hay emotivas reflexiones que hablan acerca del aporte de Celia Cruz al sello de la identidad latina en Estados Unidos, y que expresan lo vital de su rol como embajadora del sonido tropical y afrocubano en el mundo. Entre esas reflexiones destaca la de Iliana Lavastida quien le dedicó unas emotivas palabras.
“Crecí en la tierra del son, pero en mi infancia y mi juventud cuando aprendí a bailar, entre los músicos que escuchaba interpretar estos ritmos, faltaba La Reina de la Salsa, Celia Cruz. La descubrí a plenitud, aprendí a disfrutarla y hasta escuché por primera vez anécdotas de su vida, contadas por alguien que la conoció como un hijo, al cumplirse el primer año de que Celia había dejado este mundo, y yo comenzaba mi aventura de emigrada en el país que la hizo suya y desde donde se internacionalizó”, expresó Lavastida.
“Por eso, al saber que por primera vez después de casi 60 años, la imagen de Celia es expuesta sin restricciones en las calles de La Habana, experimento una gran alegría y una sensación de paz por algo que hace mucho tiempo Celia se merecía. No volvió más como se anticipó a decir en una de sus canciones Por si acaso no regreso, pero su espíritu, su risa y su sabor recorrerán los barrios de la isla de donde intentaron arrancarla y donde hoy cumplen el sagrado deber de homenajearla”, añadió.
CAMILA MENDOZA