El concierto “Luis ‘Perico’ Ortiz: su vida, su música”, celebrado el pasado jueves 23 en el Conservatorio de Música de Puerto Rico, no solo fue una reafirmación del lugar que este magistral trompetista ocupa en el panorama jazzístico puertorriqueño, sino también una demostración del inmenso talento de los jóvenes que integran la Banda de Conciertos de Jazz de esa institución educativa.
Fue, además, una reafirmación de los valores de la puertorriqueñidad, gracias a las sencillas pero elocuentes palabras con las que el maestro Ortiz se dirigió a los presentes.
“Esta velada no es mía, es de ellos”, dijo Ortiz, refiriéndose a los jóvenes músicos, muchos de los cuales empezaron a estudiar hace apenas un par de meses en el Conservatorio.
“Este concierto es, para mí, una meta alcanzada”, expresó por su parte el maestro Elías Santos Celpa, director de la Banda, quien invitó a Ortiz a ofrecer una residencia de cinco semanas a los estudiantes de la institución. Durante la misma, los jóvenes músicos tuvieron la oportunidad de aprender dos composiciones inéditas de Ortiz, así como sus arreglos para dos temas clásicos, todo lo cual se interpretó en el concierto y formará parte de una grabación que Ortiz proyecta hacer en el verano.
Con un sonoro estilo, reminiscente de las big bands de la época de oro del legendario club Palladium, en Nueva York, la banda comenzó el relativamente breve programa con una interpretación de “Mamá Güela”, el tema clásico con el cual Tito Rodríguez comenzaba sus presentaciones –y en las cuales participó, durante algún tiempo, un muy joven “Perico” Ortiz. El sonido ancho y generoso de la orquesta –con cinco saxofones, cuatro trompetas y cuatro trombones, además de piano, bajo y cuatro percusionistas- no se hizo esperar.
Con gran fuerza expresiva, la banda interpretó a continuación la pieza “Song for the Humble”, que Ortiz compuso para el fenecido maestro Ray Barretto, una perfecta fusión de jazz, cha-cha-chá y reminiscencias de temas clásicos puertorriqueños; una versión de “Perfume de gardenia”, de Rafael Hernández, que se movió cadenciosamente del bolero al cha-cha-chá; y la extensa suite “Wisdom”, compuesta también por Ortiz. Esta fue un verdadero caleidoscopio de ritmos, colores, aires cubanos, acentos de blues y excelentes solos, en homenaje a los creadores y popularizadores del mambo y el danzón: Israel “Cachao” López, Dámaso Pérez Prado y Mario Bauzá.
En sus improvisaciones, Ortiz demostró una vez más ese estilo que lo hace único entre los trompetistas boricuas, con el justo balance entre su sabiduría de las técnicas jazzísticas y sus evidentes raíces puertorriqueñas. Los músicos de la banda no se quedaron atrás, sobresaliendo, entre otros, Isaías Sánchez en el trombón; el profesor Xavier Aponte en trompeta; Angel Cuyar, Edwar Soto, Luis Gabriel Muñiz y Kevin Montes en los saxofones; Gabriel Duprey en trompeta (en una sensacional “conversación” con el maestro Ortiz hacia el final de la velada); Jorge Parra en el bajo acústico (con profundo sentido de swing y excelente sonido); Giovanny Rodríguez en el piano; y los magníficos percusionistas Adrián Ruiz y Kristian Reyes (batería), Angel Colón (timbal), Luis Caro y Emanuel Navarro (conga y bongós).
“Es un placer que me llamaran para trabajar con estos jóvenes”, manifestó el maestro Ortiz. “Ha sido un deleite trabajar con ellos, y darles no solo insumo musical, sino también social y sociológico. Me siento agradecido de Dios”.
“Tenemos que tener sentido de pertenencia”, recalcó el trompetista y educador. “Tenemos el país más hermoso y prolífico del mundo. Pero debemos apostar a que sí podremos hacerlo. Tenemos que apostar a lo que somos. Emulen a (el compositor clásico Claude) Debussy o a Charlie Parker, si quieren. Pero no se olviden del barrio de Puerto Rico del que vinieron”.
Al cabo de hora y media, el concierto concluyó con la presentación de todos los integrantes de la banda, acompañada por agradecidos aplausos de la audiencia. Una noche memorable tanto para los maestros Ortiz y Santos Celpa como para los jóvenes y prometedores talentos de la orquesta.
Fundación Nacional para la Cultura Popular