En su lecho de enfermo Luguito le encomendó a su hijo Josema que se responsabilizara del Guasábara Combo y que impartiera continuidad a la obra que lo colocó a la vanguardia de la salsa con las producciones “Poetic Justice” y “¿Dónde están?”.
Y Josema, para honrar la última voluntad de su padre, amigo, maestro y compañero de la música, no se detiene. Son muchas las enseñanzas y el aprendizaje adquirido al lado de un artista que es considerado uno de los genios de la música latina de las postrimerías del Siglo XX y las primeras décadas del Siglo XXI.
“Esa paz y tranquilidad que siento me la dio él. Cuando comenzamos a atravesar por el momento difícil, me dijo que debía seguir y no podía dejar caer esto. Me dijo: ‘hazme el favor y continúa esto por mí’. No tengo palabras para explicar de dónde viene mi paz; solo sé que viene de él”.
El respaldo de los músicos confirma el cariño hacia Luguito y lo latente que seguirá su memoria entre todos los que realmente lo conocieron. La respuesta a la pregunta ¿dónde están? es clara: cooperando con Guasábara y su familia.
“Los músicos de la nueva escuela como los de la generación que comenzó esto. Tengo un apoyo bien tremendo. Los maestros me han dicho que tengo que guapear y echar pa’ lante”.
Aunque Luguito siempre será insustituible, en el piano estará Leny Prieto. El sonido de Guasábara no se alterará. Y si en algún momento Josema o alguno de sus músicos necesitara orientación podrán contar con los consejos de Bobby Valentín y Carlos Franzetti.
“El viejo se encargó de que tuviéramos bastante claro cómo se hacían las cosas. Cuando se grababan los discos todo el mundo era parte de la producción. Bobby y Carlos, un arreglista de siete pares, se me acercaron para decirme que puedo contar con ellos. Con el favor de Dios y con su ayuda esto va a seguir hacia adelante. Leny, solicitado por el viejo, es el pianista que se puede sentar frente a esos papeles [los arreglos]”, dijo Josema al mencionar los nombres de Pablo Padín y Jorge Rodríguez como los estrechos colaboradores de Luguito en Guasábara.
Ejemplo de que el taller no se detiene es que días atrás terminó el rodaje de un vídeo para su interpretación “Pastilla de alegría”, el próximo corte promocional del cedé “¿Dónde están?”
“Al inicio me opuse a grabar el tema porque no era como la esquina mía, y no era mi norte, pero él me dijo que en esto había que interpretarlo todo y saber llevar un mensaje de una manera u otra y que uno no se puede quedar en lo mismo porque se estanca. Y fue un reto para mí porque es una composición del maestro Jorge Luis Piloto, una de las plumas más impresionantes. Aunque tenemos en promoción el sencillo “Vete”, rodamos el vídeo de “Pastilla” porque esa canción está bien pegada en Centro y Sudamérica. No esperábamos la acogida en México, Perú, Ecuador y Colombia. Es impresionante”.
Además, el nombre del pianista y arreglista José M. Lugo, fallecido el 12 de junio e inmortalizado como el productor de salsa más trascendental de las pasadas dos décadas, será asignado al histórico Teatro Puerto Rico, actualmente en restauración, informó el alcalde de la ciudad caridura Aníbal Meléndez Rivera, al especificar que se conocerá como Teatro Puerto Rico José M. Lugo (Luguito).
“De parte de mi viejo y de mi familia Lugo Carmona, estamos muy honrados, contentos y agradecidos con el gesto porque sé que es muy importante para el pueblo de Puerto Rico y Fajardo una consideración como esa”.
La contribución de José M. Lugo a la música popular será una referencia obligada e indiscutible para los estudiosos de la salsa posmoderna.
Sus producciones a Cano Estremera, Gilbertito, Víctor Manuelle, Issac Delgado; su aportación al especial “Sonó, sonó, Tite Curet” del BPPR; su orientación a la cantautora Nore; su respaldo a Edwin Feliciano y su banda Zaperoko; su producción a Edwin Colón Zayas; su obra maestra “Piano con mata” y sus proyectos bajo el concepto “Guasábara” lo inmortalizan.
“Nos quedamos tontos al ver cómo pudo hacer tanto en tan poco tiempo. Cómo pudo nutrirse de tanta información para el trabajo que hizo”.
Ese es el norte de Josema, tras recibir la antorcha de Guasábara, de manos de Luguito, en el relevo de la vida. En Josema hay suficiente amor y espiritualidad, compromiso e inspiración. Y, sobre todo, mucha salsa.
Josema Lugo finalizó con unas palabras de agradecimiento al pueblo, por el cariño que perdura y se perpetúa en tiempo, espacio y memoria viva.
“Agradecemos el apoyo y el calor; por estar cuando los necesitamos mucho. Ahora, en muestra de agradecimiento, Guasábara les va a devolver ese calor. Este barco sigue y seguirá por un ratito bien chévere”.
El resto Guasábara lo expresará tocando para los salseros el sábado 20 de agosto en un concierto y baile que se celebrará en el Distrito de Convenciones a la memoria del inmortal José M. Lugo.
Fundación Nacional para la Cultura Popular