¿Por qué Tito Rodríguez?

 

“Ver a Tito en la televisión abrió las puertas de la admiración y de la curiosidad por conocer más de la historia y trayectoria del artista que ocupaba siempre la atención de mi casa”.

Como si fuese ahora mismo, tengo fresco en la memoria aquel martes de mil novecientos setenta (1970) cuando Doña Ana María, mi mamá, tenía un interés particular por ver la televisión.

Siendo ella ama de casa tradicional, ese día se ocupó de nosotros y de los quehaceres del hogar muy temprano para tener el tiempo disponible, y sin interrupciones, de disfrutar de aquel programa que, desde ese martes en adelante, cautivaría su atención y la de todos nosotros. Era el día de ver el programa en el único televisor que había en la casa.

Llegada las nueve de la noche, comenzó la tan esperada presentación. Inmediatamente, reconocí al protagonista del espacio televisivo.  Su voz emblemática, su presencia impecable, la música fascinante y la voz del locutor que anunciaba… ¡El Show de Tito Rodríguez!

Sí. Ahí estaba el cantante favorito de Doña Annie en la televisión; cautivando a toda la familia y creando una impresión especial en mí, que, a mis escasos ocho años de edad, me sentí artísticamente atraído por aquella figura de la cual su voz, era cotidiana en mi casa.

Ver a Tito en la televisión abrió las puertas de la admiración y de la curiosidad por conocer más de la historia y trayectoria del artista que ocupaba siempre la atención de mi casa.                                                                                                                                                           

“¿Por qué Tito Rodríguez?”, me preguntaba un joven cantante el otro día, tratando de compararle con otros grandes, e inclusive, destacando en la conversación las habilidades de unos y otros, todos de una época posterior. Entonces, tomando un poco de café, pasé a explicarle mi punto de vista; opinión que comparto con ustedes, mis distinguidos lectores.

Del trabajo del maestro Rodríguez: discos, presentaciones en televisión, uno que otro material fílmico y algunas grabaciones de sus entrevistas, se puede extraer su gusto y respeto por la calidad. Son prueba de su intención que, este tipo de música, fuera respetada.

La sonoridad de sus grabaciones y los distintos formatos orquestales que tuvo, dan fe de eso. En el ambiente musical, son legendarias sus agrupaciones y su excelente gusto por los buenos arreglos, el personal y la calidad de sus orquestas.

El ritmo, para Tito, tenía una importancia suprema. No es por casualidad que, en su tiempo, poseía la orquesta más bailable; así cuentan los que sí vivieron y disfrutaron la época.

Ya fuera acompañado del famoso formato big band, del conjunto, o incluso hasta cuerdas, se nota en su trabajo el cuidado que ponía en que todos los elementos fueran un marco perfecto para su emblemática voz. Creó un sonido vocal muy particular. Es, para mí, un ejemplo de cómo debes manejar tus ventajas y tus limitaciones para tener éxito.

Escuchar a Tito lo comparo con esas casas decoradas al estilo minimalista, donde menos es más y, todo, está puesto en el lugar correcto sin perder el movimiento ni la belleza.

Una voz profunda y nasal a la vez, afinada, acompañada de una dicción excelente, es la mezcla perfecta, al sumarle el conocimiento del ritmo y la clave para lograr una interpretación única.

Su carrera comenzó aquí, en Puerto Rico, con cuartetos de voces y guitarras y fue evolucionando hasta convertirse en uno de los intérpretes más influyentes de este género.

Interpretaba, magistralmente, lo mismo la música movida que los boleros.

Su decisión de lanzarse como bolerista, acertada por demás, la trabajó sobre la base de sus limitaciones; ¿curioso verdad?

Si el lector escucha una entrevista que le realizara Willie Rosario (disponible en YouTube), escucharán, en la voz del propio Tito, cómo y por qué tomo la decisión de cantar boleros y cómo le fue dando forma a su estilo y repertorio. Fue así que empezó a popularizarse.

Los que pudieron verle actuar o, le conocieron, tanto colegas como público en general, destacan su manera impecable de vestir, dentro y fuera del escenario. Su elegancia a la hora de presentarse proyectaba su respeto hacia el público.

Cuentan, los que lo vivieron, que su orquesta era la mejor vestida de la época y así mismo, algunos músicos comparten que era muy exigente con el rendimiento musical de ellos y con su apariencia en el escenario.

En general, Tito Rodríguez fue cantante, músico, compositor y empresario. Ejemplo del latino luchador y exitoso en Estados Unidos; creador de un estilo que, a su vez, creó una escuela de cantantes; paradigma de que, la calidad y lo popular, no deben estar en desacuerdo.

Estas, y muchas otras razones, son la contestación para cuando alguien (como mi joven colega) me pregunta… ¿Por qué Tito Rodríguez?

¡Camínalo! Gilberto santa Rosa

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