Escuchar el bajo del músico de Bobby Valentín en tarima es sinónimo de cómo un instrumento puede construir una identidad rítmica única que no caduca a través del tiempo. En esa materia musical, Valentín es un maestro; sin embargo, en su exitosa carrera hay una mujer que es responsable también de esa maestría.
Se trata de su esposa Oria Rivera, a quien el llamado “Rey del bajo” le debe mucho.
Su compañera hace 40 años, 35 de estos casados y cinco de novios, es la persona que administra toda su carrera musical. Valentín no da un paso profesional sin la aprobación de la madre de sus dos hijos menores Roberto Carlos y Orialis, ambos adultos, radicados en Estados Unidos.
“Detrás de cada hombre hay una mujer sabia que edifica su casa, mientras que la necia la destruye”, revela con orgullo la esposa del director musical con 58 años de trayectoria.
Rivera no suele conceder entrevistas a los medios de comunicación porque aclara que el famoso es su esposo. Prefiere estar en el anonimato.
No obstante, el bajista quiso reconocer que el trabajo intachable que hasta ahora ha logrado en su trayectoria musical responde en parte al esfuerzo y dedicación de su compañera de vida.
Rivera, además de manejar su agenda, presentaciones, administrar las finanzas totales (profesional y del hogar), es la encargada de trabajar desde cero la concepción de un nuevo disco.
En esa tarea es ella la que trabaja con el sello disquero, manufacturación, la búsqueda de compositores y tramitar todos los permisos correspondientes para el lanzamiento de una producción discográfica. El destacado bajista del junte más importante del género de la salsa, las Estrellas de Fania confía absolutamente todo en la mujer que le robó el corazón a simple vista en un evento en Barranquitas, donde la divisó entre el público. Fue el músico quien tomó la iniciativa en conquistarla.
El matrimonio recuerda con claridad el día que se conocieron y cómo el bajista insistió en esa primera cita, que según narran, le costó mucho trabajo.
“No quería salir con el músico, con esos que son como los marineros, y a Bobby le costó mucho trabajo. Estuvo detrás de mí por un año y no le hacía caso hasta que me di la oportunidad y aquí estoy”, recuerda Rivera, natural de Orocovis, quien cuando conoció a Valentín ya este tenía tres hijos de su primer matrimonio.
“Fue mi insistencia la que hizo que por fin saliera conmigo. Estuve un año viajando a Orocovis y enderezaba esas curvas porque no había expreso. Me echaba 45 minutos”, menciona el director que celebra que su orquesta ya tiene 50 años de establecida en la industria musical.
La esposa del músico no siempre estuvo a cargo de administrar la carrera de Valentín. Fue después del 1985 que asumió ese rol, tras la compra de la cafetería El Yauco en la Parada 15 en Santurce, de la que ella se hizo cargo.
“En la cafetería, gracias a Dios nos fue muy bien, pero expandimos tanto el negocio que había mucho trabajo, y luego perdí unos gemelos y decidimos vender. Después de eso es que comencé a trabajar más de lleno con Bobby”, sostiene la esposa del músico que estudió administración de empresas y contabilidad.
Entre altas y bajas
Como todo matrimonio, su relación ha sido tambaleada por momentos duros que han enfrentados como pareja. Los primeros 12 años fueron los más difíciles.
Entre las anécdotas duras, Rivera recuerda cómo recibía llamadas de madrugada que le decían que su esposo estaba con otra mujer.
“No siempre estaba con él todo el tiempo. Lo acompañaba a algunos viajes y otras veces no. Tenía que estar a cargo de los nenes. Al principio era celosa y pasé momentos difíciles. A veces estaba en casa y me llamaban a las tres de la madrugada diciendo que estaba con otra mujer, y sin embargo estaba en casa durmiendo conmigo. Pasé momentos bien duros”, cuenta Rivera.
Al preguntarle cuál es la clave de mantenerse juntos, añade: “Dios es el centro de todo en nuestro hogar y entre nosotros la clave es el diálogo”.
Como pareja ambos se admiran mutuamente y los halagos de buenos esposos son recíprocos.
Valentín destaca la organización envidiable de su esposa y Rivera su roles como compañero y padre.
“Él tiene todo lo que una mujer desea y busca en un hombre. Lo digo francamente donde quiera”, asegura Rivera que acto seguido es interrumpida por el bajista: “Te voy a invitar a cenar”, bromea.
Lo nuevo
En febrero el bajista lanzó la producción Mi ritmo es bueno, cuyo segundo sencillo Punto.com se escucha se escucha con fuerza en las ondas radiales locales. El nuevo disco contiene doce temas interpretados por los cantantes Alberto Texeira, Norberto Rodríguez y José Ayala.
Damaris Hernández Mercado