El almanaque Bristol, pintoresco y vigente hasta hoy

La filosofía de los abuelos, que perdura aún en estos días de ‘millennials’, es guardada celosamente por un objeto de culto que se sigue vendiendo a fin de año en las calles de Barranquilla.

* Por Melissa Ochoa

Indulfo Guerra es gestor de servicios públicos y técnico jurídico, tiene 68 años y dice que jamás ha desestimado la particular herramienta que resulta el tradicional Almanaque Pintoresco de Bristol, sin desconocer que su exactitud ya no es la misma, según él. “Las fechas de cosechas han variado, por lo menos en un día, debido al cambio climático”.

Asegura, a su vez, con conocimiento de causa por los años en que lo ha usado y por los muchos libros de ciencias e historia que suele leer que “cuando ese calendario se hizo, las fechas eran exactas porque eran personas muy sabias que se mantenían en contacto con la naturaleza y entendían esa ciencia y no hay que ser brujo para entender la información que la naturaleza nos da. Lastimosamente, la cantidad de químicos en las plantaciones y la contaminación de la atmósfera logran engañar a los árboles y por eso es que ve usted que el palo de mango pare todo el año”.

Por su parte, Alberto Villanueva atiende desde hace 12 años la estantería de libros donde Indulfo Guerra compra su objeto de consulta en las afueras del antiguo Telecom, en  el centro de Barranquilla. Sabe de antemano que el librito es un infaltable de la época con el cual asegurar unos pesos de ganancias, especialmente en esta época de fin de año.

El valor varía según el sector de la ciudad en la que se adquiera o según la apariencia del comprador, asegura un vendedor ambulante del norte de la ciudad, que prefiere quedar anónimo. “Uno cobra unos 2.000 o 2.500 pero hay gente que siempre le reconoce a uno los 5.000; dependiendo del carro en el que venga uno les cobra, usted sabe cómo es”, dice con una ‘esmuecada’ sonrisa.

A pesar de la demanda, las ventas del Almanaque Pintoresco de Bristol han disminuido debido a que únicamente es comprado por los adultos mayores. “Las nuevas generaciones desconocen sus ventajosas propiedades”, explican los comerciantes. Encontrarlos se hace más fácil durante ésta temporada, sin que sea una tarea simple.

“Lo que pasa es que los tiempos han cambiado y eso antes daba en la clave pero ya nadie cree en los cuentos de la luna, ni mucho menos…” dice José Atencio Bolívar, de 60 años, un transeúnte que escucha la conversación entre vendedores y compradores, agregando que siempre lo vio en su casa pero que él nunca lo ha comprado.

Los Libreros de la Casa Vargas reconocen que esa no es la literatura que ellos venden y por eso en su edifico ubicado en la Plaza San Nicolás difícilmente se encuentran algunos ejemplares. Solo se consigue en el puesto de ‘Felicito’, con un valor aumentado de 5.000 pesos, y en caso de que el precio tome por sorpresa al cliente relevan la venta a los indios de la Cra. 41 entre Calle 34-35, por su aparente aspecto esotérico: “Allá donde los Indios, ahí sí es seguro que lo encuentra por mil pesos” dicen indicando el lugar entre señas.

Ahí, entre yerbateros y curanderos se encuentra ubicado el local de Teresa, una distribuidora desde hace 10 años.

Ella asegura con sonrisa inocente y apenada que sí es verdad que el cabello crece en las fechas que dice el almanaque y que, inclusive, hay una fecha para cortarlo si desea que le crezca  más largo o si lo que desea es volumen, agregando que es bueno para saber en qué fechas tienen mejor efecto los purgantes y cuando se debe ir a pescar. Lo vende a su precio estándar de 2.000 pesos y siempre tiene reserva para todo el año, pues a pesar que esta es la fecha de mayor demanda, sabe que más adelante alguien lo va a necesitar.

Ese alguien podría ser Denis Atencia, habitante de La Loma, en el sector ubicado entre los caños Los tramposos y Las compañías. Para la fecha ya tiene  el almanaque listo para su mamá, de lo contrario deberá hacer uso de lancha o canoa para ir en busca de la preciada encomienda en la que, con fe religiosa, Rafaela Atencio ha confiado durante 83 años las fechas de corte de cabello de toda la familia, sin que las pronosticaciones de Bristol le hayan fallado.

Sin embargo, para algunos pescadores de la zona, el almanaque no se compara con la experiencia. Argumentan que han aprendido a navegar y a confiar en la luna y en los cambios del mar con la práctica, montados en sus canoas,  lanchas y chalupas durante años, por eso, al escuchar el nombre Bristol, logran pronosticar dónde desembocará la charla sin poder ocultar que la relación que la gente supone entre ellos, el almanaque y el mar, solo les causa risas. Nunca lo han usado y además de eso, no tienen ningún cuidado de lo que almanaque hecho hace 186 les quisiera venir a contar.

Historia

Se popularizó por los antiguos pescadores que carentes de los beneficios actuales de la tecnología procuraban pronosticar las mejores épocas del año para su pescas, al igual que entre los agricultores, que solían consultarle a fin de informarse sobre las fechas propicias para la cosecha y conocer nuevos consejos sobre medicina alternativa, siendo éste último el aspecto que más se asemeja a su oficio original cuando hizo su aparición por primera vez en 1832. Fue patrocinado por el farmaceuta Cyrenius Chapin Bristol, como una ingeniosa fórmula para comercializar su jarabe tónico de Zarzaparilla,y desde entonces, aparece ilustremente en su portada, desde que en 1856 la firma Lanman & Kemp Barclay & Company Inc., compró los derechos para imprimir el Almanaque.

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