Después de José Aguirre, director del grupo Niche y creador del proyecto Cali Big Band Salsa, Carlos Córdoba y Carlos Humberto Gálvez, ‘Piolín’, son los músicos jóvenes con mejores propuestas en Cali, con una indiscutible calidad técnica y una larga experiencia porque entraron a orquestas reconocidas a una edad muy temprana.
Córdoba, a los 12 años, con Cali Charanga; ‘Piolín’, a los 14 años con el grupo Argé. Córdoba es seguro, sabe a dónde va, ‘Piolín’ es un convencido de lo que hace, el sonido de su piano es callejero, es el piano que rasga la noche salsera de Cali. Acaba de hacer la nueva producción de Yuri Buenaventura para Francia, con José Aguirre como director. Córdoba acaba de recibir el reconocimiento de los Grammy latinos por su participación en el tema Cuando te veo, que hicieron con ChocQuibTown.
Córdoba y ‘Piolin’ se conocieron en el 2001, cuando AAB Producciones organizó un espectáculo llamado Tributo a Héctor Lavoe, escrito por Umberto Valverde, para el cual vinieron Alfredo de la Fe como director musical, Ray Sepúlveda como cantante y el pequeño Johnny, hoy en día conguero de Eddie Palmieri. Ese fue el preludio de lo que luego sería Delirio.
Poco después, entraron a Los Niches donde permanecieron mucho tiempo. En sus primeras giras a Ecuador, donde tenían un gran mercado, se juntaban en la habitación de Héctor Viveros (excantante de Niche) para oírlo cantar boleros.
Desde ese mismo momento, Córdoba tuvo la idea de conformar un grupo exclusivamente dedicado al bolero, integrado por maestros en ese género. Demoró varios años hasta que logró iniciarlo, con Viveros y Leo Sarria como cantantes. Su propósito era hacer un grupo que desde el comienzo marcara un camino y así ocurrió.
Su primera presentación fue en Zaperoco y la convocatoria fue total. Córdoba me enfatiza: “Yo quería hacer el mejor grupo de bolero, que es parte de la salsa, en Cali, en Colombia, y respetado internacionalmente. Ahora estoy orgulloso porque muchos melómanos y musicólogos me aseguran que en Cuba no existe un grupo de nuestra dimensión”.
A los 12 años, Córdoba dio un salto enorme, al llegar a la Cali Charanga, una orquesta reconocida de Cali. Pasó por Tumbadora, una agrupación femenina, que combinaba algunos instrumentistas hombres, dirigida por Jorge Gilkes; estuvo por Bentú, de Carlos Bejarano, hasta que llegó a Los Niches, con 17 años, y allí permaneció otros ocho.
Valora que con Los Niches acompañaron a grandes cantantes, entre ellos a Henry Fiol, Adalberto Santiago, Luisito Carrión, Andy Montañez, Cano Estremera, Raúl Marrero, Alci Acosta, Hansel Camacho, Álvaro del Castillo, Gustavo Rodríguez y el gran Nelson Pinedo. Córdoba dice: “Más que una orquesta fue una excelente escuela, es como si hubiera ido a la universidad y me hubiera graduado”.
‘Piolín’, nacido en Tuluá el 2 de febrero de 1978, sin antecedentes musicales en su familia, aprovechó que su padre compró una casa en otro barrio, muy cerca de donde ensayaba un grupo llamado Swing, que tocaba de todo. Carlos tenía 6 años, pero no se rindió hasta que le permitieron entrar a los ensayos y empezó a tocar percusión.
Wilmer Cano le enseñó los acordes de un piano. Su padre le contrató una profesora, Nubia Álvarez, y después con Héctor Cedeño, que le corrigió la postura, los dedos y si no se concentraba le daba regla. Su primer grupo fue a los 11 años, Son Latino.
Después se fue a Cali con Argé, de Mario Cruz, que hacía imitaciones, y no se perdía ninguna presentación de las grandes orquestas de salsa que venían a Cali y también a Tuluá. Le dieron la oportunidad de entrar a la Fórmula 8, de Aldemar Quiñónez. Por entonces, conoció a José Fernando Abadía, que le enseñó a producir. Recibió clases de Cicerone Marmolejo y otros pianistas.
Entonces, lo llamaron de Los Niches, donde volvió a encontrarse con su amigo Carlos Córdoba, para él, “uno de los mejores de Cali, junto con Jorge Herrera, Julio Valdés, Sarli Delgado”.
Por esa trayectoria le llegan los buenos tiempos. Se convierte en director musical de Henry Fiol cuando viene a Cali, por un tiempo de Yuri Buenaventura, de Roberto Blades, además acompaña a todos los boricuas que pasan por Cali.
Es la etapa de esplendor de Yuri Buenaventura, haciendo giras en Europa donde tiene experiencias inolvidables. Por ejemplo, en un festival de salsa, donde Yuri Buenaventura llena toda una plaza de toros, y al otro día, Blades no convoca ni el 50 por ciento del mismo espacio.
En otra ocasión, una cantante francesa protestó porque el público se salió faltando 15 minutos para terminar su concierto, es que todos iban a escuchar a Yuri Buenaventura.
Cuando Córdoba organizó Bole-Oro llamó a ‘Piolín’. Es más: es el autor de casi todos los arreglos musicales de la banda. Sin embargo, después de un tiempo, Córdoba le explicó que deseaba tener en el piano a Álvaro Cabarcas, el famoso Pelusa, por su trayectoria en esa música. ‘Piolín’ lo entendió a la perfección. Es casi como un pianista alterno de la agrupación. Bole-Oro ya tiene su primera producción de diez temas.
‘Piolín’ tiene un proyecto propio, Tumbao, al cual le quiere dar identidad: “Eso es muy difícil, lo hicieron los maestros Varela y Alexis Lozano, crearon orquestas con un sonido especial, que todo el mundo reconoce. Para nosotros, hoy en día, sin industria disquera, viviendo de las presentaciones en tarima no es fácil, pero poco a poco, ya la gente sabe qué hacemos”.
Umberto Valverde