Si hay un pueblo que brilla por su talento, ese es el pueblo de Ponce, cuna de grandes músicos de nuestra cultura popular. Solo basta revisar la lista de nombres para darse cuenta que en este pueblo el ritmo sale de la tierra.
Tito Puente, Héctor Lavoe, Pete “El Conde” Rodríguez, Cheo Feliciano, Charlie y Eddie Palmieri, Quique y Papo Lucca, Ismael Quintana, Jimmy Sabater y Many Oquendo, son solo algunas de las figuras ponceñas destacadas. Ruth Fernández fue otra gran artista que dio este pueblo del sur de Puerto Rico, donde la música es uno de sus más preciados tesoros.
No es casualidad que Ponce sea cuna de grandes intérpretes de la música popular, como explicó el profesor Ángel “Chucho” Quintero, quien ofreció una mirada a la tradición musical de este pueblo, conocido principalmente por la danza y la plena.
“Esa tradición empieza más bien con las bandas militares, que habían en distintos pueblos, pero que allí se va creando con una formación que lleva a la tradición de la danza y que después va a ser bien importante en la plena. Eso lleva a que muchas personas que vienen del mundo popular tengan una educación musical y una cultura musical”, explicó Quintero.
El profesor recordó que en la llamada Ciudad Señorial la música era una forma de ganarse el respeto de la sociedad, por lo que muchos trabajadores diestros, en su mayoría negros o mulatos, vieron en esta disciplina artística una manera de combatir la marginalidad y el racismo de la época.
Otro factor que fue determinante para la formación de buenos músicos fue la creación de la Escuela Libre de Música Juan Morel Campos, donde se educaron muchos de los artistas más conocidos de este pueblo. Elmer González, productor y animador de los programas “Son del Caribe” y “Son de Cuba”, que se transmiten por Radio Universidad, señaló que la actividad educativa musical en Ponce, junto a la de San Juan y Mayagüez, fueron fundamentales para el desarrollo de cientos de talentos puertorriqueños.
Producto de ese sistema educativo se encuentra el pianista y compositor, Enrique “Papo” Lucca, director de la Sonora Ponceña, quien comentó que fue precisamente en la Morel Campos que comenzó su formación musical, tomando sus primeros cursos de solfeo. Fue allí, dijo, que coincidió con el cantante Héctor Lavoe, así como con otros ponceños con los que compartió tarima.
“Creo que muchos de nosotros fuimos el resultados de esa escuela de música donde iba todo aquel que le gustaba la música. Uno iba por vocación porque le interesaba estudiar y ese sistema produjo esa cantidad de talentos”, opinó Lucca.
La combinación de la tradición musical ponceña -con la danza, la plena y la bomba- y la formación educativa contribuyó al desarrollo de grande figuras de la salsa, así como de otros géneros populares, que se destacaron nacional e internacionalmente.
“Enel tiempo que la salsa se hizo salsa se dio una explosión ponceña con La Sonora Ponceña, La Terrífica, estaba Cheo Feliciano, Héctor Lavoe, Charlie y Eddie Palmieri, Tito Puente, Pete El Conde, Ismael Quintana, un montón”, compartió Papo Lucca, sobre algunos de sus destacados compueblanos.
El pianista y compositor narró que muchos de ellos le dedicaron temas a su tierra como muestra del orgullo por sus raíces. Tal fue el caso de Héctor Lavoe, con el tema “Ponce”, cuyo coro dice: “Ponce es Ponce, eh / Ponce es Ponce, eh / Ponce es Ponce te digo que Ponce es Ponce, eh”.
La Sonora Ponceña también le cantó a su gente con el tema “Pa’los ponceños”, donde repasa la grandeza y belleza de la Ciudad Señorial.
El profesor Quintero apuntó que ese orgullo que se refleja en estas canciones y que es muy característico de los ponceños proviene de una tradición que data del siglo 19 cuando Ponce despunta a nivel económico y cultural, y se posiciona como el representante de lo puertorriqueño frente a la oficialidad española de San Juan.
“Los ponceños tienen razón de ser orgullosos porque a finales del siglo 19 estaban empatados con San Juan en población y su riqueza era mucho mayor. Ahora quizás la cosa ha cambiado, pero eso se mantiene como cosa de espíritu”, precisó Quintero.
Papo Lucca, por otro lado, destacó la belleza de Ponce como fuente de inspiración para muchos artistas. Dijo que sus hermosas playas y el sabor de sus quenepas han servido para darle vida a decenas de canciones.
Destacó que en el caso de la Sonora Ponceña, que fundó su padre Enrique “Quique” Lucca en 1954, Ponce ha sido su razón de ser.
“Desde el principio siempre supimos que nuestra música la queríamos proyectar desde Ponce y así ha sido”, dijo Lucca, quien residente en dicho municipio.
“Claro, que ya la Sonora es de Ponce y de Puerto Rico”, manifestó el músico, quien al igual que el resto de sus compueblanos ha hecho brillar aún más a La Perla del Sur.
Y es que ya lo cantó bien Héctor Lavoe “de Ponce vienen los bravos”.
Paseo de los salseros
Uno de los ponceños más queridos por el público salsero y el público puertorriqueño fue el cantante José “Cheo” Feliciano. En su honor se construye en Ponce, el Paseo de los Salseros, el cual llevará su nombre.
Este espacio, que rendirá tributo a las grandes figuras de la salsa de dicho municipio, se supone que inauguraba a finales de mes, según dijo en enero el administrador de la ciudad, Eliezer Velázquez, pero todavía no está listo. El paseo estará ubicado en la calle Atocha, al lado de la Plaza del Mercado. Contará con una tarima, así como con información de los salseros, destacándose la figura de Cheo Feliciano, ese ponceño que nos hizo familia.
Mariela Fullana Acosta