“El Conjunto Clásico nació en Nueva York pero se crió en Cali”, con esta frase resume a uno de los más importantes conjuntos musicales el compositor boricua Ramón Rodríguez, quien visitó a nuestro amigo Oscar Jaime Cardozo Estrada dePlaneta Salsa en Cali, Colombia para hablar de lo humano y lo divino, de los amores y desamores que se tejieron en la intimidad del Conjunto Los Rodríguez, como en alguna época también se le conoció al Conjunto Clásico.
Planeta Salsa (PS): ¿Cómo se descubre Ramón Rodríguez como compositor?
Ramón Rodríguez (R.R): Entre 1967 y 1969, estuve prestando el servicio en el ejército, en Vietnam, y al terminar mi servicio yo ya tenía la inquietud de escribir. El primer tema que hice tiene tintes patrióticos y dice: Borinquen Patria Mía, me encuentro lejos con la esperanza algún día de volver a mi suelo. Virgencita milagrosa tú que todo lo puedes, soy un soldado que quiere regresar regresar a Puerto Rico.
P.S. ¿Quién le graba por primera vez un tema suyo?
R.R. El primero en grabarme un tema composición mía fue Kako Bastar y sus estrellas, y la verdad, no recuerdo el nombre pero fue en el año 1972. Siempre he tenido la tendencia a componer con el espíritu de la gente, del campesino, de lo que le sucede a la comunidad. Ese fue el camino que escogí, mi vocación. Incluso hacia el año 75 cuando Ismael Miranda sale de la orquesta de Joy Pastrana, iba a hacer un álbum con Junior González, pero Junior no vino y me pusieron a mí a cantar. Hice el disco completo, pero yo sabía que lo mío no era cantar sino escribir, componer, y en eso seguí.
P.S. Su línea muy del estilo de Don Pedro Flores, Rafael Hernández y Daniel Santos con sus canciones patrióticas.
R.R. Sí, es cierto, incluso yo le decía a Tito Nieves que yo era su Pedro Flores, y él era mi Daniel Santos, y fíjate que le escribí más de 90 temas a Tito.
P.S. ¿Usted es el creador de La Masacre, porque no siguió con esta agrupación?
R.R. en 1979 yo estaba haciendo coros con Johnny Pacheco, después de cuatro años trabajando con él y aprendiendo mucho de la música. Me dijo, tu puedes correr ya sólo, insinuándome que iniciara mi carrera independiente. Al salir de la orquesta de Pacheco, Tito estaba haciendo coros con la orquesta de Héctor Lavoe, pero solo para los boleros. Gracias al capital que aportó una persona conocida mía que se llama Héctor Soto, le propuse traernos a Tito Nieves e irnos a Puerto Rico para producir un álbum allí. La orquesta que creamos fue La Masacre, que luego, puedo decir, se la regalamos a Julio Castro.
P.S. ¿Cómo nace el Conjunto Clásico?
R.R. Con La Masacre, pegamos en Puerto Rico “El Pregonero”. Me fui a Nueva York con el LP debajo del brazo y se lo mostré a Ramón Castro, que tenía en ese momento seis almacenes de calzado y estaba muy bien económicamente. A él le gustó mucho lo que escuchó y me propuso crear una nueva orquesta con otro nombre, para lo cual Tito estuvo de acuerdo también. Eso fue en 1979, e Ivonne, mi esposa, fue la que le puso el nombre de Conjunto Clásico, porque había una agrupación en Venezuela que se llamaba Sonero Clásico Caribe, y sobre ese nombre ella se inspiró, cambiándole Sonero por Conjunto y desapareciendo el “del Caribe”. El primer tema que pegamos fue “Los Rodríguez” e iniciamos con la primera gira y fue precisamente en Colombia, junto a la Fania, y vinimos a Barranquilla, Bogotá y Cali, traídos por el señor Larry landa.
P.S. ¿Cuál es la historia detrás de Los Rodríguez, la temática está basada en su familia?
R.R. (Risas) no, la historia surge de una familia promedio puertorriqueña. Se basa en los que se van de su patria. Y Rodríguez, porque si tú coges el directorio telefónico allá te vas a dar cuenta que más de la mitad de las hojas vienen con el número telefónico de miles de familias con apellido Rodríguez. Mi apellido es el más común en la isla.
P.S. ¿Y en qué se inspiró para componer Sin Rumbo Alguno?
R.R. Fíjate que yo no sé cómo surgió. La canción me salió y a lo último yo mismo me pregunté, cómo así que “vive la vida como la debes vivir, y nunca intentes subir donde no puedes subir”, cuando yo creo que eso no es real, porque pienso que uno sube donde debe, no donde puede. Arranqué a escribir, acabé y después le puse el título. En Colombia fue uno de los temas que más éxito tuvo con el Conjunto Clásico.
R.R. La cosa se estaba volviendo insostenible. Tito Nieves, y él mismo lo dice, estaba perdido en las drogas. Empezaron los incumplimientos y las irresponsabilidades. Ya no nos aguantábamos a Tito, y a mí tampoco me aguantaban, porque yo también andaba en las mismas, no tan irresponsable, pero también me tenía agarrado la droga. Entonces le dije que ya había llegado la hora que se fuera del conjunto. Él aceptó, y (risas) no había pasado una semana de su partida, y llegó Raphy Mercado y lo firmó. El primer tema que hizo con él fue “Sonámbulo”. Arranca Tito con ese tema y dejó de usar la droga. Se volvió una persona seria y muy comprometida con el negocio.
P.S. Pero nos hemos dado cuenta que viene un trabajo discográfico suyo con Tito Nieves.
R.R. (Risas) Estas bien dateado. El que lo quiera saber que lo sepa. Es un documental de la vida de los dos, que incluye mi música. Vamos a hacer el tema que canto Pedro Arroyo “Tristeza en el barrio”, cosas que no tienen nada que ver con el Conjunto Clásico, para no molestar a nadie. Ese es un proyecto sobre el que estamos trabajando, aunque tenemos otro que se llama “Los Cincuentones”, para el cual ya tenemos tres temas hechos y lo publicaremos el año que viene.
P.S. Hablemos del rompimiento con Ramón “Ray” Castro
R.R. Bueno. Voy a decir la verdad. En 1986 tanto Ramón Castro como yo tuvimos problemas con la Justicia y estuvimos presos. Cuando Ray Castro estaba en la cárcel, a mí me empezaron a pagar como músico y no como director. Yo no estuve de acuerdo y le dije a Ray que se quedara con el Conjunto, yo siempre me he pensado como compositor y nos como director, por lo que no me importaba mucho irme del Conjunto Clásico. Mira, yo he sido desprendido de las cosas. La orquesta La Masacre, era mía, y ahora el conjunto Clásico que era mío, no tenía problema en regalarlo.
Después creé la agrupación 344 que terminé cediéndola también. Yo soy compositor, yo no soy empresario. Le voy a decir una verdad de a pulso. Cuando hicimos el Conjunto Clásico con Ramón Castro, íbamos mitad y mitad. Le estoy diciendo la verdad. Yo esto nunca lo había dicho, pero lo tengo que decir porque estamos aquí, y porque tú eres un coleccionista y debes saber la verdad. Pasó el tiempo y empezábamos a arreglar los líos judiciales, pero cuando me di cuenta, yo ya no era dueño del Conjunto Clásico, yo era un trabajador del conjunto, y el arreglo desde el principio era que íbamos mitad y mitad, y al final terminó la cosa con que el conjunto era de Castro, pero en desventaja para mí, mis obras, lo que yo escribí, si eran mitad y mitad con él.
De los ingresos que generan los derechos de autor de mis composiciones, Ray vive con la mitad y la otra mitad es mía. Del conjunto Clásico sí no, nunca puede volver a tener derecho sobre la mitad que en honor a la verdad me corresponde, porque Ray Castro se quedó con todo.
P.S. ¿Pero ustedes al inicio registraron el nombre y protocolizaron la sociedad?
R.R. Claro que sí, pero con el correr del tiempo y cuando fui declarado solo como trabajador del conjunto, fui a hacer la reclamación, pero se me respondió que los documentos todos se habían quemado en un incendio, y que ya no existían las escrituras de creación de la sociedad. Sucediendo esto Ray Castro aprovechó para poner el Conjunto Clásico sólo a su nombre.
No se cómo hiciste, pero me sacaste esto del alma, algo que nunca había hablado con los medios. Pero está bien, yo ya estoy muy viejo y no puedo vivir con esto guardado. Ahora gracias a ti, me siento un poquito más liviano, más aliviado.
Oscar Jaime Cardozo Estrada