Ceiba – En sí, la prima hermana de Daniel Santos es un personaje. No solo Carmen Betancourt, apodada Kamenza, canta, sino que es una actriz natural.
Basta visitar el museo que ha habilitado en el mesón gastronómico Paellas With Music & Bohemia, en la Playa Los Machos en este pueblo, para observar su transformación cuando el tema de la conversación es Daniel Santos.
Kamenza toca con ternura las imágenes de Daniel; les habla, las mira con reverencia y les canta, sin reprimir las lágrimas cuando entona “Despedida”, “Dos gardenias”, “Linda” y otras.
El sábado pasado, a menos de una semana de la conmemoración del centenario del Inquieto Anacobero, la visitamos e inmediatamente fue evidente que, para Kamenza y su esposo José Oscar, el espíritu del artista, afirmado por la dama, habita su espacio.
“En este lugar se siente el espíritu de Daniel. Cuando se le está cantando, él se lo goza. Toda la música de don Pedro Flores y el coloquio que intercalamos, los disfruta porque Daniel está aquí. Se siente su memoria. Cuando estamos cantando, le digo a la gente que lo mire porque es como si estuviera vivo”, dijo Kamenza sobre su primo Daniel, a quien se refiere como el Bohemio Mayor y que, según asegura, grabó alrededor de trescientos discos.
Kamenza custodia una colección que puso a la disposición del escritor y periodista Josean Ramos para la nueva edición de su libro “Vengo a decirle adiós a los muchachos”, que este sábado, a la 2:00 p.m., se presenta a en la sede de la Fundación Nacional para la Cultura Popular. La semana siguiente – sabado 13 de febrero, desde las 2:00 p.m., se presentará en el restaurante-museo de Kameza.
“Vamos a ofrecer el espectáculo ‘Pinceladas musicales’ y lo recordaremos con anécdotas de humor, de los relatos que nos hizo Mariano Artau, que fue su amigo y hermano”.
De su colección Kamenza atesora tres retratos de las primeras etapas de Daniel Santos en la canción. No pocas damas que visitan el restaurante Paellas With Music & Bohemia quedan absortas cuando, según asegura, miran su rostro.
“Era guapísimo. Las mujeres se peleaban por él. Tenía ojos verdosos y una mirada penetrante. Con esa mirada era que levantaba a esas mujeres que se llevaba donde quiera. Siempre fue elegante. Siempre andaba limpiecito y vestía muy bien”.
La artista reveló que salvó de que prácticamente depositaran en un vertedero la memorabilia del Inquieto Anacobero. Parte de lo que rescató (fotos históricas, arreglos musicales, banderas y documentos personales, como poemas inéditos, correspondencia que intercambió con Bobby Capó y Pedro Albizu Campos, pasaportes, certificados de nacimiento y defunción, etc.) los exhibe en su negocio. Otra significativa parte de su colección la atesora en su hogar.
“La hermana de Ana, la señora que vivía con Daniel, tenía en cajas las pertenencias de Daniel y las iban a botar. Llegamos a la casa. Me dijo que el compañero de Ana se llevó su ropa, prendas y vídeos. Solo pudimos rescatar esto. Recogimos las cajas y cuando en el patio las abrimos empezaron a salir cucarachas. Pero salvamos esta memorabilia, que también presentamos en Miami”.
Sin embargo, Kamenza pondera seriamente donar su colección a alguna institución cultural en Colombia o Cuba que se comprometa con su protección, conservación y divulgación.
“Hay acercamientos para llevarlo tanto a Cuba como a Colombia. Mariano Artau, en paz descanse, estuvo involucrado con nosotros en el proyecto. Donde más segura esté la memorabilia, la donaremos. Estamos en conversaciones con nuestros amigos Josean Ramos y Rubén Malavé para buscar el mejor lugar donde esto se pueda atesorar. Aquí, cuando regresé de Orlando, Florida, hice un acercamiento al Municipio de Bayamón porque Ramón Luis Rivera Padre, quien pagó el traslado de los restos de Daniel, me dijo que le interesaba, pero meses después me informaron que no tenían lugar. Pienso que Josean sería la persona idónea para ser su albacea”, dijo Kamenza, cuya colección consiste de 78 piezas.
La vena artística de Kamenza es herencia de Daniel Santos. Su padre Manolo Betancourt Mojica era primo de Daniel. “Mi vena artística viene de ahí y de los Nieves de Comerío”.
Varias veces Kamenza lo visito en Ocala, Florida, en cuya finca –reveló- criaba culebras. “La casa estaba rodeada de culebras. Yo les tenía miedo. Esas eran sus mascotas. Daniel vivía en un campo. Respetaba mucho la vida de los animales. Era un hombre de un gran corazón y de mucho respeto”.
También reveló que presuntamente Daniel Santos murió en la indigencia, pobre, sin dinero. Su funeral, incluso su sepelio en el Cementerio Santa María Magdalena de Pazzis en La Perla, fue financiado por su amigo del alma, Mariano Artau.
“Quién compró el terreno fue Mariano. Él (Daniel) decía que al morir quería que lo sepultaran al lado de su mentor Pedro Flores. Daniel murió sin dinero. Él hizo rico a gente. Actualmente, no se sabe dónde están las regalías de los discos de Daniel, que se siguen vendiendo en Sudamérica”.
El 13 de febrero, en Paellas With Music And Bohemia, en Ceiba, Kamenza Betancourt y su esposo José Oscar, quien es cantante y pianista, recordarán a Daniel Santos interpretando sus canciones.
Este matrimonio de amantes de la gastronomía y la música siempre inicia sus bohemias interpretando canciones como “Obsesión”, “Como se van las noches”, “Irresistible”, “Olga”, “Perdón”, “Virgen de medianoche” y “En el juego de la vida”.
La tarde del 13 de febrero Kamenza espera que los retratos enmarcados de Daniel Santos se transfiguren una vez más y su mirada centenaria se convierta en el perseguidor que imparta luz a la bohemia a su memoria.
Fundación Nacional para la Cultura Popular