Como es de todos conocido, la industria musical y discográfica ha sufrido muchísimos cambios y todos se han producido en lo que podríamos llamar tiempo récord. A pasos agigantados y en solo unos años, todo lo que la generación de artistas a la que pertenezco aprendimos y trabajamos evolucionó dramáticamente.
Desde la música misma hasta los sistemas de grabación, comunicación, distribución y venta, absolutamente todo cambió y mucha gente de la industria tuvieron que hacer sus ajustes “para sobrevivir”.
Algunos pudieron adaptarse y seguir activos, otros, lamentablemente, desaparecieron al no poder aclimatarse a los tiempos.
Los adelantos tecnológicos han logrado poner a la mano la oportunidad y la facilidad de hacer una producción discográfica, relegando a un segundo plano el reto de conseguir quién los firme como artistas. En años anteriores este asunto era el primer reto que enfrentaría un artista: conseguir una compañía discográfica que lo representara.
Hay un solo concepto que no cambia, ni muere. Puede ser que haya cambiado sistemáticamente, pero de todos es conocido que artista o disco sin promoción está condenado a pasar desapercibido.
Es por esa razón que la figura del promotor, según mi punto de vista, es vital. Una vez el trabajo creativo y artístico está hecho es al promotor a quien le toca el trabajo más fuerte, lograr que esa música sea difundida y llegue al gusto y al corazón del público.
Son muchas las horas que pasan estos trabajadores de la música escuchando, analizando, en fin, creando una comunión con su producto; y después convencer a un programador(a) de radio para que coloquen al aire las obras en las que cree y defiende.
En días pasados, como muy a menudo, recibí la visita del amigo Ángel Ilarraza y mientras me hablaba vehementemente sobre los nuevos artistas y producciones que está trabajando, me quedé pensando en los buenos promotores que como él son gran parte del éxito; y muchas veces son ignorados y dejados fuera de los reconocimientos una vez estos artistas y proyectos triunfan.
En mi caso debo reconocer que fueron fundamentales en la difusión de mi música y el desarrollo de mi carrera, por eso mi saludo y respeto para todos estos artistas de la promoción.
Recuerdo con especial cariño a Mon García, Sylvio Iglesias, Pepe Torres, Edgardo Barreras, Alberto Mendoza, Jimmy Sánchez, Charlie Muñiz, Tony Conga, Wilma González, Lourdes Laboy, Edgardo Barreto, Julio Irving, Luis Iglesias, Félix “Rayito” López, Eric Valentín, entre muchos otros veteranos de mil batallas, que con su esfuerzo fueron artífices de grandes éxitos.
Para todos los promotores veteranos y nuevos mi aplauso y agradecimiento.
Para estos obreros de la industria discográfica y artística mi admiración y respeto por su trabajo.
¡Camínalo! Gilberto Santa Rosa