Uno de los artistas más grandes que ha dado Puerto Rico, Daniel Santos, “El inquieto anacobero”, es el centro de una batalla legal que inició su hija, Danilú Price, contra el escritor puertorriqueño Josean Ramos, por supuestamente apropiarse de la memorabilia que rescató de la basura la prima del bolerista, Kamenza Betancourt, hace dos décadas.
Según la información proporcionada por el propio Ramos, al morir la viuda de Daniel y madrasta de Danilú, Ana Rivera, su pareja se apoderó y desapareció con las joyas, ropa y grabaciones que eran del artista, quien murió en 1992.
“Solo dejó en la casa unas cajas con escritos y placas de Daniel sin valor monetario, que iban para el zafacón cuando las descubrió la licenciada Diana Paniagua, y ésta avisó a Kamenza por si quería rescatarlas. De inmediato, Kamenza y su esposo, José Oscar, viajaron a la Florida para rescatar de los escombros aquellas cajas de documentos llenos de cucarachas, hongo crónico y humedad, muchos de los cuales estaban tan frágiles que se desmoronaban y pulverizaban en las manos. Hasta entonces, ni Danilú ni sus hermanos habían reclamado las pertenencias de Daniel, y tal memorabilia la expuso Kamenza en varios centros culturales de Estados Unidos, donde figuró como maestro de ceremonia el locutor Mariano Artau” compartió Ramos.
Al Kamenza enterararse que el escritor y biógrafo oficial de Daniel Santos, Josean Ramos, estaba escribiendo un nuevo libro para incluir en la edición conmemorativa de su obra “Vengo a decirle adiós a los muchachos”, le entregó todo el material histórico el pasado mayo.
“La meta de ambos es crear la Casa Museo Daniel Santos y exhibir ahí toda su memorabilia y obra musical, para que lo recuerden las nuevas generaciones, como fue el compromiso con Daniel, sin ningún interés económico”.
Dos meses antes que se iniciara el proceso legal, Ramos celebró “Un Belén para Daniel Santos” en el Cementerio Santa María Magdalena de Pazzis en el Viejo San Juan ante un grupo de admiradores del músico en conmemoración de su centenario y en el que apareció Danilú.
“En aquel momento invité a Danilú a unirse al proyecto y donar lo que tenía de Daniel y ésta accedió en armonía con Kamenza. Ella se llevó una copia de mi libro cuya edición conmemorativa revela unas declaraciones que publicó a puño y letra de Daniel sobre su madre, Luz Dary Padredin (la caleña con quien se casó Santos cuando ella tenía 15 años y él muchos más) que no le gustaron a Danilú”.
Poco tiempo después, según Josean, recibió por correo una carta de Danilú solicitándole todo lo que él tenía de su padre para fundar, con el gobierno de Cali, en Colombia un museo en honor suyo en el cual no le garantizaba participación alguna a Ramos en su elaboración ni manejo.
“A partir de entonces Danilú ha iniciado una batalla legal que incluye cartas personales autoritarias e intimidantes y mensajes amenazantes escritos y grabados a Kamenza y a mí. Así como cartas de su abogada en San Juan y poderes legales a una compañía de investigación para incautar la memorabilia de Daniel. Su representante, Fernando Fernández, ya visitó y retrató el negocio de Kamenza en Ceiba para cerciorarse que tal memorabilia me fue entregada en mayo pasado, antes de que la reclamara la señora Price”.
El periodista sostiene que su única intención es establecer una fundación a nombre de Daniel Santos.
“Pero Danilú me quiso excluir del proyecto que llevo 30 años trabajando, tras un compromiso entre hombres de palabra, como lo era Daniel y como lo soy yo. ¿Dónde estaba Danilú cuando ese material fue rescatado de la basura y tuvo que someterse a un arduo tratamiento de limpieza para salvarlo del hongo, la humedad y la pestilencia? Si esta memorabilia existe aún es porque Daniel me nombró su secretario de prensa y albacea de sus memorias, manuscritos, fotos, canciones y otros documentos que me dio en vida, y que he conservado con el mayor recelo y seguiré protegiendo hasta completar el compromiso con Daniel”, puntualizó Ramos.
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