El encuentro de Ismael Miranda y Alex D’ Castro con el Museo Jairo Varela

Como si se tratara de un concierto y con gran respeto por su público, Ismael Miranda y Alex D’Castro se presentaron en el Museo Jairo Varela, de Cali. Allí, en el segundo piso de la Plazoleta que lleva el nombre del fundador del Grupo Niche, los  salseros se profesaron un sentimiento mutuo que va más allá de la música, y es su fe en Cristo.

Tuvieron un público conformado por varias generaciones, como  una chica de 20 años que les agradeció por seguir cultivando “la salsa clásica, de la que muchos nos perdimos, pero que heredamos de nuestros padres”.

“Creí que iba a llegar a un museo que iba a ser en la zona rural, no sabía de la Plazoleta, que iba a ser un sitio tan bonito, tan bien presentado, Dios siempre tiene un buen propósito, yo iba a dar unas maraquitas y una fotico, pero me voy a poner serio y voy a donar algo que valga la pena”, confesó.

Contó que conoció a Jairo Varela en 1986. “Compartimos tarima en varios lugares. Es   lindo que ustedes  tienen estos  recuerdos de él. Lo admiro porque puso el nombre de Colombia en alto. Siempre iba pa’lante. Cuando inventaron la reversa, él no estaba, porque siempre iba para adelante”, dijo Miranda, intérprete de Señor Sereno, Caretas, Así se Compone un Son.

Por su parte, Alex D’Castro habló de Miranda con la devoción de un discípulo: “Estamos frente a una figura muy importante de la música, activo siempre, en unas condiciones tremendas, que respeta a su público, es un hombre de bien, sano, de familia. Desde  jovencito trabajé con él,  me pagaba poco y me fui (risas).  Él es mi padrino de boda, cantó en mi boda.  El Señor se ocupó de unirnos y cuidarnos”.

Admitió incluso una travesura que hizo en la Universidad de Puerto Rico, aprovechándose de su cercanía a  Miranda: “Había una clase que  necesitaba aprobar, y le dije al profesor, en mi inglés que es malísimo: ‘Yo estoy en la Fania All Stars’,  y me lo llevé  a las fiestas con él.  Yo   creía que estaba en la Fania, y es que Ismael es la Fania,  él entra al escenario y lo transforma.  Para nosotros los salseros él no es una estrella de la Fania, es un planeta de la música tropical”. “Me asusté, pensé que ibas a decir reliquia”, bromeó Ismael.

 

D’Castro habló además del milagro que obró Cristo en él: “Nunca me di un pase de coca,  pero aún así perdí la voz y eso me dio una depresión tremenda.  Pude hacer un alto en el camino, que es tan necesario (por eso me gusta tanto  esa canción de Jairo Varela). Cristo dice ‘Si vienes a mí yo te restauraré’ y restauró  mi voz, mi familia, mis hijos. Fui un instrumento en la vida de este muchacho -dijo señalando a  Ismael- y lo bauticé en las aguas como pastor. Es un privilegio ver a alguien nacer de nuevo”. Y selló su confesión con un beso fraternal a Miranda.   

Este último, quien deleitó al público del Museo al interpretar ‘Las 40’, hizo otra confesión: “Yo fui un niño que nunca estudió, no creía que iba a hacer nada, y al tener dinero y no tener muchas cosas y  no tener cerebro, usé todo lo que mi Dios me dio para mal utilizarlo, y caí en el vicio,  hice  un montón de cosas que no debía.  Pero yo le doy gracias a Dios que pude recapacitar rápido. Fui bautizado en mi casa por este hermano (D’Castro. Los salseros pensamos que vamos a perder muchas cosas si entregamos nuestra vida a Dios, pero  cuando lo hacemos, las cosas se ponen más chéveres”.

 

El País

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