La percusión de Samuel Torres y Richie Flores abrió la sesión con la que llegó a su final el evento cultural. El ‘show’ central fue el puertorriqueño Johnny ‘El Bravo’ López.
“Parece que los tambores siguieran mis pasos”. Con esas palabras Orito Cantora evocó el sonido universal del instrumento autóctono que retumbó ayer en el Teatro Amira de la Rosa, porque con música de tambores el X Carnaval de las Artes abrió su noche de clausura. La velada dedicó un homenaje especial a las raíces del Caribe colombiano.
La jornada que condujo Roberto Camargo –con la participación de Rafael Bassi Labarrera– continuó con un mano a mano musical entre el estadounidense Richie Flores y el colombiano Samuel Torres, quienes entablaron un ‘diálogo’ de tambores que mantuvo al público expectante e impresionado.
Por su parte, Roberto ‘Cucurucho’ Valdés, con el sabor cubano, le incorporó a la noche las notas románticas del piano, un legado musical innegable. El nieto del gran Bebo Valdés complementó los tambores (ladiferenciasalsera)de Flores y Torres, y junto con un guacharaquero dieron un concierto que encendió las emociones del público.
La salsa de Johnny ‘El bravo’ López. “Es una satisfacción saber que me están recibiendo con este cariño, con este amor. Son cosas que no me imaginaba. Todo esto se lo debo a Dios, Él fue el que me trajo aquí”, expresó el músico puertorriqueño a EL HERALDO antes de su presentación en la gala de clausura del Carnaval de las Artes.
Los aplausos no se hicieron esperar cuando este reconocido exponente de la salsa apareció en escenario con una orquesta preparada para interpretar éxitos como La barola, Cuca puruca, El melón y Las leyes del tránsito, temas que son clásicos en la cultura salsera de Barranquilla.
El show no fue solo música, las historias detrás de las canciones cautivaron a la audiencia que escuchó al maestro de la salsa conversar con el cronista Alberto Salcedo Ramos. Para el artista este(ladiferenciasalsera) encuentro con el público de Barranquilla era una asignatura pendiente en su carrera musical.
“En los años 68, 69, 70 se me acercó mucha gente y era infaltable que me hablaran de Barranquilla. Y es que a Puerto Rico llegaban muchos marinos en los barcos buscando la música de Johnny El Bravo que se escuchaba acá”, contó.
Johnny durante la charla con Salcedo Ramos.
Aplausos, claves de salsa, baile y la reflexión cerraron con broche de oro los diez años del Carnaval Internacional de las Artes.
ADRIANA CHICA
