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Los aportes de Chano a la cultura cubana

 

Rosa Marquetti ha publicado una investigación de altos quilates para cualquier persona interesada en la historia de la música cubana. La investigadora e incorregible melómana presentó recientemente en el Sábado del Libro el título Chano Pozo. La vida. Es un volumen que, obviamente, habla desde el nombre.

Con este título la autora ha indagado en numerosos pasajes de la vida de este histórico músico cubano y, de paso, ha saldado una deuda con la admiración que le profesa. Granma sigue los pasos de este volumen en una conversación con la investigadora que desde hace años lleva el blog, Desmemoriados, para traer al presente toda la rica tradición de la música cubana.

–¿Por qué crees que sea necesario publicar un libro sobre Chano Pozo en este momento?

–Han sido muchos los que me han antecedido en abordar la figura de Chano Pozo, tanto desde la literatura, el periodismo, el audiovisual. Soy deudora de ellos, en tanto consiguieron mantener viva su leyenda y el conocimiento de ella, lo que me permitió también acceder a ese legado antecedente. Chano Pozo es, desde hace mucho tiempo, uno de los músicos cubanos más conocidos a nivel mundial. Nadie niega su gran aporte al jazz: por más que busco, no consigo encontrar otro momento en la historia de la música en Estados Unidos donde Cuba haya podido incidir con un hecho de cambio: ese fue el momento en que la percusión afrocubana, la tumbadora, se insertó de un modo orgánico y perdurable en los formatos instrumentales jazzísticos, y en esto Chano Pozo tuvo una gran responsabilidad. Sin embargo, a pesar de esto, a lo largo de los años Chano ha sido más conocido por el mito que él mismo ayudó a construir, por esa vida de «thriller» llena de peripecias, de hechos muy cuestionables y alarmantes, cristalizada en múltiples leyendas, que por su obra musical como compositor, percusionista, bailarín, actor performático. Sentí la necesidad de ir tras esa leyenda, intentando encontrar reafirmaciones y profundizar en aspectos que me parecían estaban aún en la opacidad, como fue la repercusión que tuvo su presencia en el elenco de la entonces afamada RHC Cadena Azul, la principal cadena radial en Cuba a inicios de los años 40 del pasado siglo; la agenda musical de Chano en los 21 meses que, en total, vivió y trabajó en  Estados Unidos; poco también se sabe del paso de Chano Pozo por Suecia, Dinamarca, Francia y Bélgica en gira con la banda de Dizzy Gillespie.

¿Cómo fue el acceso a las fuentes originales para redactar el volumen?

–Desde el inicio de la investigación me propuse trabajar, de preferencia, con fuentes primarias. Acudí también a los testimonios recogidos a tiempo por otros investigadores que me ­antecedieron, pero me obsesionaba la idea de trascender el anecdotario y el mito para poder calibrar la estatura de Chano como músico a través de la prensa de la época; las opiniones vertidas –positivas y negativas, si las hubiere– por los músicos norteamericanos que trabajaron con él en la banda de Gillespie; las críticas periodísticas en las que se valoraba su trabajo musical, todo esto en Cuba, Estados Unidos y los demás países donde actuó.

–¿Qué etapas de la vida de Chano recoge el libro?

–El libro intenta abarcar toda la vida de Chano, los escasos 33 años que vivió, pero intenté contextualizar este viaje a través de su camino vital, porque es cierto que Chano consiguió estar en lugares adecuados en momentos oportunos, pero para llegar a esta conclusión hay que conocer lo que estaba ocurriendo en Cuba, o en Nueva York, o en París en el momento en que nuestro tamborero protagonizaba este o aquel acontecimiento. Un capítulo final –Chano después de Chano– se refiere al impacto de su vida y de su muerte en los meses inmediatos a su fallecimiento, concretamente en el aspecto musical, en Estados Unidos y en Cuba.

–¿Qué rasgos de la vida y la personalidad de Chano te impresionaron durante la elaboración de la obra?

–La genialidad de su empirismo como músico; la capacidad de apresar con escasos recursos, casi todos rítmicos, no solo el mundo sonoro que le era afín, sino la narrativa de hechos y vivencias que el pueblo protagonizaba y luego los identificaba y hacía populares, cuando él se los devolvía en sus piezas. Pero quizá lo más conmovedor, lo que más me impresionó es cómo los orígenes y la ­marginalidad se hicieron presentes siempre para ­complicar su vida. Sin duda, el hecho de que su más grande éxito, su más lograda composición musical, su inmortal Manteca, hubiese sido escrita para, en definitiva, servirle de réquiem y a la vez de himno para llevarlo a la inmortalidad.

–Chano es una de las grandes figuras de la música cubana de las que apenas se habla en los medios. ¿Por qué crees que sucede esto?

–Porque los medios y otras plataformas prefieren hablar de lo contemporáneo, sin dejar espacio al conocimiento y difusión de músicos como él. Los medios responden a un accionar comercial a partir de determinados estereotipos, incluso los nuestros, pues ya sabemos que no se difunde ni todo lo bueno, ni tampoco todo lo que los diferentes grupos o segmentos poblacionales reclaman o desearían. En mi opinión, no hay mucha voluntad mediática para hallar vías que acerquen a la modernidad a figuras fundacionales como Chano Pozo. Tal carencia puede verse incluso como un acto de ignorancia en un país con la riqueza musical que ­exhibe el nuestro, con una historia musical que ya querrían para sí muchísimos países. Pero percibo que la tendencia global va hacia la segmentación del mercado musical, y a la conformación de nichos de consumidores de este o aquel género o estilo. Es ingenuo pretender que también el gusto o el consumo musical se globalicen.

¿Después de la presentación has pensando en algún tipo de proyecto para seguir llevando el libro a todos los interesados, tanto en Cuba como fuera del país?

–Editorial Oriente, que publica el libro, ha realizado un excelente trabajo para dotarlo de una calidad gráfica que agradezco. También para hacerlo llegar, como estará ocurriendo en próximos días, a las librerías del país. Por otra parte, la editorial La Iguana Ciega, de Barranquilla, Colombia, se ha interesado en el texto y estará presentando su edición durante el Festival de Jazz de Barranquilla, Barranquijazz 2018, en septiembre próximo, estando disponible en los países del área (Colombia, Venezuela, Perú, Panamá y Ecuador). Espero que más adelante, probablemente el próximo año, pueda ya aparecer la versión en formato ebook a través de las plataformas habituales para este tipo de edición.

–Algunos pueden pensar que este libro es un mero ejercicio de nostalgia ¿Lo consideras así?

–No, no lo es. Es un acto consciente, que aprovecha determinados recursos investigativos que solo ahora se hacen posibles y que vienen a complementar lo que hicieron todos los que me antecedieron. Es mi contribución para situar a Chano Pozo en el lugar donde debe estar. No me importa mucho que no haya en La Habana una estatua de Chano, pero sí me importa que la gente joven sepa quién es y cuál fue su gran aporte a nuestra cultura.

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