SALSA…Durante cuatro días

Durante cuatro días los bailadores se han dado cita en el Parque Almendares para participar en el primer Festival de la Salsa, una oportunidad para escuchar a las más destacadas orquestas de ese género en el país y “echar unos pasitos”, entre desfiles de comparsas y clases de baile. Desde el pasado jueves y hasta este domingo, turistas y nacionales asistieron al evento bajo el puente más transitado de La Habana.

Las actuaciones de agrupaciones de pequeños formatos, espectáculos de deejays, y conciertos de orquestas salseras de primer nivel fueron el plato fuerte de las jornadas, junto a más de una veintena de puntos de venta gastronómicos con alimentos y bebidas. Las cervezas nacionales a 1,15 CUC dieron a los precios la categoría de moderados en comparación con los importes en los cabarets donde regularmente tocan esas orquestas.

Desde la primera jornada, agrupaciones e intérpretes como Issac Delgado y Los Van Van armonizaron con lo mejor y más variado de su música. Durante la segunda noche y hasta el último día, se presentaron El Niño y la Verdad, Pupy y los que Son Son, Klimax, El Noro y Primera Clase, Alexander Abreu y Habana D’Primera. Para cerrar, se subieron al escenario Maikel Blanco, patrocinador del festival y director de la agrupación Salsa Mayor, Elito Revé y su Charangón, además de Bamboleo.

Lorena, de 21 años, fue junto a su novio para no perder la oportunidad de disfrutar de estos grupos que no puede ver en otros lugares porque “la entrada es muy cara”, comentó. La joven señaló a Alexander Abreu y Habana D’Primera como su agrupación preferida y lamentó que “no se hagan con más frecuencia eventos de este tipo”. También se alegró de que “todo haya transcurrido con tranquilidad”, sin peleas.

La subdirectora de Relaciones Inter­na­cio­nales, cursos y eventos del Centro Na­cional de Escuelas de Arte (CNEART), Celia Alonso Navarro, había prometido días antes en los medios que al festival estaban convocadas las orquestas con mayor popularidad, que acudirían al evento con lo mejor de su repertorio. El propósito, según la funcionaria, era “seguir mostrando y conociendo esta música para fortalecer su valor y la identidad nacional”.

El costo de la entrada fue de 20 CUP para los cubanos, mientras que los extranjeros debieron desembolsar 25 CUC. Muchos de los turistas que asistieron lo hicieron a través de ofertas comercializadas por hoteles y a través de internet que incluían hospedaje y transporte a precios bastante más altos, pero daban acceso a los cursos de baile..

Una vez dentro del área del festival, una cerca delimitaba al público que había pagado las entradas más caras. Las clases de baile solo estaban accesibles a quienes portaban manillas blancas, rojas, verdes y amarillas, por haber hecho su reservación en hoteles o comprado su entrada en moneda convertible.

La oportunidad no fue desaprovechada por los vendedores privados que ofrecieron chucherías y divertimentos. Un comerciante de globos y juguetes infantiles dice haber logrado “buenas ventas” durante el último día del festival en el que se presentó una programación para niños. El Hombrecito Verde, la Comparsa Los Guaracheritos de Regla y un espectáculo de variedades de las Escuelas de Arte pusieron fin a un festival que los bailadores esperan que mantenga “el paso”.

Yosmany Mayeta Labrada

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