Chucho Valdés e Irakere celebran en Miami 40 años del legendario grupo

En las siete décadas que lleva haciendo música, el gran pianista de jazz cubano, Chucho Valdés, ha pasado de ser un innovador a ser una institución. Este sábado se presentará en el escenario del Fillmore Miami Beach junto al grupo Irakere 40 a quién dirigirá en un tributo a esta banda de jazz cubano. “En este grupo actualmente hay cuatro generaciones de músicos”, dijo Valdés de 74 años, en conversación telefónica desde California donde se presentó como parte de la gira en Estados Unidos. “Comenzando conmigo, el fundador de esta nueva generación”.

En 1973, él y un grupo de jóvenes contestatarios que fundaron Irakere eran la nueva generación que buscaba un sonido diferente. Valdés y su grupo, que incluía al trompetista Arturo Sandoval y al saxofonista Paquito D’Rivera, mezclaban la música popular cubana y la tradicional –son, conga y danzón– con el jazz y la música clásica, el rock y el funk.

Con un dominio y talento extraordinarios, Irakere combina en el escenario erudición y soul, técnica y pasión. El grupo saltó a la fama con su primera canción Bacalao con pan, que fue un éxito bailable; luego se presentaron en 1978 en el Carnegie Hall durante el Newport Jazz Festival, lo que les premió con un Grammy al año siguiente. Este premio puso a Cuba otra vez en el escenario mundial desde sus años dorados antes de la revolución.

“Hoy en día en Cuba se habla de antes y después de Irakere”, dice Valdés. “Los músicos de Irakere tenían una increíble educación musical académica y además se habían formado con la música popular, la música bailable, la música folclórica, el jazz y la música sinfónica. Irakere fue el primer grupo que llevó el danzón a los jóvenes cubanos. Desarrolló y renovó el danzón, la conga y el son”.

HOY EN DÍA EN CUBA SE HABLA DE ANTES Y DESPUÉS DE IRAKERE…IRAKERE FUE EL PRIMER GRUPO QUE LLEVÓ EL DANZÓN A LOS JÓVENES CUBANOS. DESARROLLÓ Y RENOVÓ EL DANZÓN, LA CONGA Y EL SON

Chucho Valdés

El historiador de música Ned Sublette explica que fue Irakere quien abrió el camino a la música cubana y su sonido el que dio paso en 1990 a la timba, que aún se sigue escuchando en Cuba.

“Era un sonido nuevo”, explica Sublette. “Un sonido que mezclaba el son tradicional cubano y el baile con la música electrónica. Tenía un impulso diferente”. Impulso que según Sublette tomó una dirección distinta a la de la salsa, creada en Nueva York en los 1970, que tenía sus raíces en el mambo de los 1950. “Era una forma diferente de ver el futuro de la música cubana”, explica Sublette.

Irakere era sobre todo afrocubano; incorporó la rumba y los tambores batá utilizados en la santería, así como una amplia gama de instrumentos de percusión. Este eclecticismo les permitió incorporar el jazz que era visto como la música del enemigo, el imperio norteamericano.

“Este grupo encontró una manera de incorporar el jazz afrocubano creando un género de gran valor musical: el jazz afrocubano”.

JORDAN LEVIN
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