Santana, un músico extraviado en el tiempo

Era un proyecto pendiente desde hacía 45 años, el disco que esperaban ansiosos quienes habían escuchado entre 1969 y 1971 los discos ‘Santana’, ‘Abraxas’ y ‘Santana III’. Si eran tan impactantes e influyentes para definir la raíz del rock latino, ¿por qué no debía haber un Santana IV?

Pero el músico que inspiró una revolución desde Woodstock empezaba a vivir en ese momento otra propia: la jazzística y espiritual. Todo cambió, y no hubo ‘Santana IV’. Solo ahora, casi cinco décadas después, hizo posible el reencuentro, el sanar viejas heridas y no solo grabar, sino preparar canciones nuevas y dejar fluir el espíritu de la reunión.

 Santana IV’ salió al mercado el 15 de abril, en un momento en que la industria y el rock son totalmente diferentes.

Santana no tenía necesidad de hacerlo: entre los proyectos de los últimos 15 años, este es el menos comercial. El guitarrista de 68 años se especializó desde ‘Supernatural’ (1999) en lanzar sencillos megavendedores en colaboraciones con estrellas del momento o promesas emergentes. Casi que definió la tendencia que tanto aprovecha la industria discográfica.

Su guitarra, combinada con la genialidad de una máquina de éxitos, concibió ‘Smooth’, con Rob Thomas; ‘Corazón espinado’, con Fher, de Maná; ‘María, María’, con Wyclef Jean, ‘Put Your Lights On’, con Everlast; ‘Feels Like Fire’, con Dido; ‘The Game of Love’ y ‘I’m Feeling’ You’, con Michelle Branch; ‘Cry Baby, Cry’, con Sean Paul y Joss Stone, y recientemente su viaje latino junto a Juanes en ‘La flaca’; con ChocQuibTown y Zig-gy Marley en ‘Iron Lion Zion’, y con Lila Downs, Soledad y Niña Pastori en ‘Una noche en Nápoles’.

Por eso, el atractivo del proyecto es para un público específico. La reunión incluyó a Michael Carabello (congas y percusión); Neal Schon (guitarra rítmica y voces), Gregg Rolie (teclados y voces); Michael Shrieve (batería), miembros de la alineación clásica, y además a Karl Perazzo (timbales y voces), y Benny Rietveld (bajo). Estos dos ultimos son miembros de la banda desde los 90.

Santana ha contado que la idea comenzó por Schon, quien lo invitó a grabar, pero, ya entrados en gastos, el guitarrista visualizó que la gracia estaba en reunir a la mejor banda que ha tenido.

Esta es la alineación (con algunas ausencias, como la del timbalero José ‘Chepito’ Areas), que grabó los discos ‘Santana’, ‘Abraxas’ y ‘Santana III’. Ya todos, sin él, habían tocado juntos en un proyecto que se llamó Abraxas Pool.

Rolie es, probablemente, el más destacado: su sonido en el órgano Hammond B33 fue un sello indiscutible del estilo de Santana entre los 60 y los 70, lo que marcó la unión entre el rock latino y el progresivo. Grabó con Santana proyectos como el álbum ‘Caravanserai’ (1972), ‘Shangó’ (1982) y ‘Freedom’ (1987). En paralelo, se unió a la banda Journey, con la que grabó entre 1975 y 1981, y luego con The Storm y Abraxas Pool.

A Rolie lo vimos en Bogotá con la banda de Ringo Starr; fue uno de los que se robaron el show esa noche.

La historia de Schon es también larga: se fue a Journey, donde estuvo hasta el 2011, y con Jan Hammer, Bad English, Paul Rodgers, Abraxas Pool, entre otras; además de invitado a proyectos de Joe Cocker, Sammy Hagar y Betty Davis. Y Shrieve se sumergió en múltiples proyectos que fueron hasta la música electrónica, con Klaus Schulze (Tangerine Dream). Entre tanto, Carabello se fue en 1975 con Areas a crear la banda Cobra, y se retiró.

Para tristeza de muchos, no está presente Marcus ‘The Magnificent’ Malone, percusionista que estuvo en la primera banda y que, por efecto de la emotividad televisiva, se esperaba en el reencuentro: un reportaje del canal Kron 4, de EE. UU., se había encargado en el 2013 de reunir a Santana con Malone, quien en los 70 entró a prisión y reapareció 40 años después como mendigo en las calles de Oakland. Del video, que se hizo viral, se desprendió la promesa de volver a tocar juntos, incluso en este proyecto. Pero eso no ocurrió, aunque se sabe que Malone se recuperó y se unió a una iglesia bautista.

Para el crítico David Fricke, leyenda de la revista ‘Rolling Stone’, este disco ha sido refrescante, y agradece que no tenga “el efecto distractor de los duetos con celebridades”.

Como sea, este álbum ha sido un ‘bocatto di cardinale’ para los fanáticos de esa época de Santana, los que en 1973 tuvieron que adaptarse a la etapa de Devadip (su nuevo nombre, inspirado en las enseñanzas del gurú Sri Chinmoy), y que luego vieron cómo se edulcoraba esa potencia sonora del Santana del 71.

Para Nick DeRiso, de ‘Ultimate Classic Rock’, es un error que lo hayan llamado IV, pues “este proyecto no puede alcanzar la efervescencia, el sentido de descubrimiento o la actitud aún no consolidada de sus primeros álbumes (…)”.

Santana IV
Santana

Carlos Santana entrega los ‘riffs’ de guitarra tal como en aquella época, mientras Rolie trae la memoria de su sonido análogo. Sin embargo, la receta puede sonar forzada por momentos. Para algunos, muy ‘salsera’. Entre los 16 cortes, brillan ‘Fillmore East’, ‘Love Makes The World Go Round’, ‘Sueños’, ‘You and I’ . Les colabora un cantante septuagenario: Ronald Isley.
Sony Music.

Eltiempo

 

 

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